Riesgo 4: La Bomba de Relojería Junto a Casa
Hay un miedo nuevo que se ha instalado en mi cabeza. Es un miedo que aparece en momentos absurdos. Cuando mi hijo pequeño corre por el pasillo, cuando mi mujer enciende el fuego para cocinar, cuando oigo una sirena a lo lejos. Es el miedo a «y si…». Y si algo sale mal. Y si ocurre lo que todos pensamos que es imposible, hasta que un día deja de serlo.
Nos han plantado una bomba de relojería junto a casa. O mejor dicho, dos. Y nos piden que sigamos con nuestra vida como si nada, que ignoremos el tic-tac constante que han metido en nuestro subconsciente. Este cuarto riesgo no es crónico como la contaminación o el ruido; es el riesgo de la catástrofe súbita, del desastre irreversible.
El Peligro que se Almacena
No somos expertos en química ni en ingeniería, pero no hace falta serlo para entender el peligro. Solo hay que saber leer:
- Los Tanques de Gasoil (Planta de SAMPOL): Cerca de 300.000 litros de un combustible altamente inflamable. Pienso en los camiones cisterna que lo transportarán por nuestras calles. Pienso en el riesgo de una fuga, de una filtración que contamine la tierra que cultivamos, que llegue a nuestros pozos. Pienso en el riesgo de un incendio, en la dificultad de apagar un fuego de esa magnitud.
 - Los Depósitos de Propano (Planta ‘Tigaiga’ de DISA): Esta es la pesadilla de la que nadie quiere hablar. 400.000 litros de gas licuado, almacenado a una presión altísima. Todos hemos visto lo que ocurre cuando una simple bombona de butano explota. Ahora, imaginemos esa fuerza multiplicada por miles. Los técnicos hablan de un fenómeno llamado BLEVE (Explosión de Vapores que se expanden al hervir el líquido), que se traduce en una bola de fuego devastadora, una onda expansiva capaz de arrasarlo todo en un radio de cientos demetros.
 
Vivir Bajo la Espada de Damocles
Saber esto lo cambia todo. Cambia la forma en que miras tu propia casa. Ya no es solo un refugio; ahora es también parte de una «zona de riesgo». La paz mental, ese derecho a sentirte seguro bajo tu propio techo, desaparece.
¿Podremos dormir tranquilos en las noches de viento? ¿Sentiremos un nudo en el estómago cada vez que un camión de mercancías peligrosas pase por la carretera? ¿Miraremos a nuestros hijos jugar en el jardín y nos preguntaremos si estamos siendo irresponsables por seguir aquí?
Este miedo constante, esta ansiedad de bajo nivel, es una forma de tortura psicológica. Es una carga que ninguna comunidad debería soportar. Nos están imponiendo un riesgo que no hemos pedido, un peligro que es completamente evitable si estas instalaciones se ubicaran donde deben estar: en zonas industriales preparadas para ello, lejos, muy lejos de las personas.
Nuestra seguridad, y la de nuestros hijos, no es un daño colateral aceptable en la ecuación energética de nadie. No vamos a aprender a vivir con el miedo. Vamos a luchar para vivir en paz.
TERMINAL DE ANÁLISIS DE RIESGO – ESTADO: ACTIVO
Peligro Latente
Nuestra seguridad no es negociable. Las instalaciones proyectadas almacenan materiales peligrosos junto a nuestros hogares. Selecciona un riesgo para analizar la amenaza.

