Detrás del papel oficial

Detrás del Papel Oficial: La «Emergencia» como Excusa para Imponer y Acelerar

Llegamos al final de nuestro análisis y es el momento de hacer la pregunta clave: ¿Por qué aquí? ¿Por qué con esta urgencia? La respuesta que nos ofrecen desde la administración se esconde tras un término poderoso: la «Declaración de Emergencia Energética». Este mecanismo legal, decretado por el Gobierno de Canarias, es la llave maestra que ha abierto las puertas a la tramitación exprés de estos dos megaproyectos en Los Realejos.

¿Qué Significa Realmente la «Emergencia»?

En la práctica, declarar la emergencia energética permite a las autoridades y a las empresas promotoras saltarse pasos cruciales que, en condiciones normales, garantizarían un debate público y un análisis de impacto mucho más riguroso. Significa:

  • Plazos más cortos: Se reduce drásticamente el tiempo para presentar alegaciones y para que los organismos públicos emitan sus informes.
  • Evaluación ambiental simplificada: Se evita una Evaluación de Impacto Ambiental Ordinaria, mucho más exhaustiva, sustituyéndola por un trámite más laxo que no analiza en profundidad todas las consecuencias a largo plazo.
  • Menos participación ciudadana: El proceso se acelera tanto que dificulta enormemente que los vecinos puedan informarse adecuadamente y organizar una respuesta efectiva.

En resumen, la «emergencia» se está utilizando como una coartada perfecta para imponer una solución por la vía rápida, silenciando el debate y minimizando la oposición.

Una Solución a la Medida de las Eléctricas

Si bien es innegable que Tenerife necesita garantizar su suministro eléctrico, la solución elegida parece responder más a los intereses y a la conveniencia de las grandes empresas del sector que al bienestar de los ciudadanos. La instalación de centrales de combustibles fósiles es la opción más rápida y barata para ellas, pero la más cara para nosotros en términos de salud, calidad de vida y degradación de nuestro entorno.

Desde la plataforma nos preguntamos:

  • ¿Se realizó un estudio exhaustivo y transparente de todas las ubicaciones posibles en la isla, priorizando suelos industriales alejados de núcleos poblacionales?
  • ¿Se evaluó con el mismo sentido de la urgencia la posibilidad de acelerar la implantación masiva de energías renovables y sistemas de almacenamiento a gran escala, como baterías?
  • ¿Por qué la «emergencia» siempre se traduce en sacrificar zonas residenciales y no en una apuesta valiente y decidida por un modelo energético limpio del siglo XXI?

La emergencia no puede ser un cheque en blanco para pisotear los derechos de un barrio. Exigimos transparencia, rigor y, sobre todo, que la salud y la seguridad de las personas se antepongan, siempre, a la urgencia y los beneficios económicos de las grandes corporaciones energéticas.

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